domingo, 25 de marzo de 2012

Autores: Manuel González Zeledón “Magón”



Manuel González Zeledón “Magón”
Fue narrador, periodista,  abogado y diplomático costarricense, nacido en San José en 1864 y fallecido en su ciudad natal en 1936. Fue muy conocido en su tiempo por su pseudónimo literario de "Magón", formado por las sílabas iniciales de su nombre y su primer apellido. En compañía de su primo, el poeta Aquileo J. Echeverría, está considerado como el iniciador de la corriente costumbrista en las Letras de su país natal.
Nació en el seno de una familia acomodada de la clase media-alta que estaba bien relacionada dentro de las poderosas oligarquías del país, Magón tuvo acceso a una esmerada formación humanística que le permitió, ya en su juventud, obtener el título de abogado y emprender una brillante carrera diplomática que habría de conducirle a ocupar altos cargos en diferentes embajadas costarricenses. En 1889, con 25 años de edad fue nombrado vicecónsul en la legación de su país en Bogotá, donde permaneció hasta 1892, en una fecunda estancia que, junto a sus actividades diplomáticas, le permitió conocer y asimilar algunas de las tendencias más relevantes de la literatura colombiana del momento, entre las que destacaba muy señaladamente el costumbrismo. Cuando regresó a Costa Rica era uno de los jóvenes intelectuales mas comprometedores de su generación, comenzó a brillar con singular reiteración en los medios de comunicación de su país natal, donde fue estampando una serie de relatos y cuadros de costumbres que le convirtieron en el primer escritor costarricense que orientaba su obra por la hasta entonces inexplorada senda del costumbrismo. Siguió, al tiempo que desplegaba esta exitosa actividad literaria, dedicándose a sus funciones político-administrativas dentro de la vida pública de su país, donde pronto se enemistó con las altas esferas del gobierno y solicitó su traslado como diplomático a los Estados Unidos de América.
En líneas generales, puede afirmarse que Manuel González Zeledón se sirvió del costumbrismo para ensanchar el concepto de texto literario, incorporando a sus cuadros y cuentos costumbristas una serie de escritos de naturaleza periodística (como el reportaje o la crónica) o meramente lingüística (como el estudio del discurso oral en los niveles coloquiales y familiares del lenguaje). Así, desde esta perspectiva que dota a su obra de una evidente modernidad, el escritor de San José volvió los ojos y prestó oídos a las situaciones y los dichos propios del ámbito doméstico, de la vida en la calle y en los espacios públicos (como el mercado), de la rutina diaria en el puesto de trabajo, etc.; es decir, centró su atención en unas pautas de vida y unos usos lingüísticos que, hasta entonces, habían sido objeto de desprecio por parte de los escritores cultos del país centroamericano, quienes consideraban que de ese ámbito popular era difícil extraer algún material literario aprovechable.

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